En un contexto donde el debate sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) en la industria del cine sigue intensificándose, la película “The Brutalist” se encuentra en el centro de la controversia. Dirigida por Brady Corbet y protagonizada por actores de renombre, este drama histórico recientemente ha sido objeto de críticas por su empleo de tecnologías de IA en el proceso de producción.
La innovación tecnológica en el arte cinematográfico
“The Brutalist” cuenta la historia de un arquitecto inmigrante y su lucha por establecerse en el mundo del diseño modernista tras la Segunda Guerra Mundial. La película ha sido elogiada por su propuesta artística y su estilo visual. Sin embargo, la decisión de los creadores de emplear inteligencia artificial para ciertos elementos de la producción ha generado una división de opiniones entre críticos y el público.
Entre las aplicaciones de IA destacan la generación de efectos visuales, la restauración digital de escenarios históricos y el uso de algoritmos para perfeccionar el doblaje en múltiples idiomas. Los defensores de esta tecnología argumentan que permite alcanzar niveles de realismo y detalle imposibles de lograr con técnicas tradicionales, además de reducir costos y tiempos de producción.

Las críticas de la comunidad cinematográfica
El uso de la IA ha despertado preocupaciones éticas y laborales. Diversos gremios de la industria cinematográfica han expresado su temor de que la adopción de estas tecnologías pueda desplazar a profesionales humanos, como artistas de efectos visuales, diseñadores de producción y traductores.
“El cine es una forma de arte colaborativa. Sustituir la creatividad humana por algoritmos deshumaniza el proceso y pone en riesgo la autenticidad artística”, señaló un reconocido crítico en una reciente entrevista.
Reacciones del público
En redes sociales, la reacción del público ha sido mixta. Mientras algunos espectadores ven el uso de la IA como una evolución natural de la industria, otros consideran que este avance tecnológico podría diluir el componente humano que hace al cine tan especial.
Un punto que ha generado particular indignación es la falta de transparencia en el uso de estas herramientas. Muchos señalan que, aunque la película incluye añadidos generados por IA, los creadores no lo destacaron en su campaña de marketing, lo que algunos consideran engañoso.
La IA y el futuro del cine
“The Brutalist” se suma a una lista creciente de producciones que experimentan con inteligencia artificial, lo que plantea interrogantes sobre el futuro del cine. ¿Será posible equilibrar la innovación tecnológica con la preservación de la esencia artística? Los próximos años determinarán si la IA se consolida como una herramienta complementaria o si genera una transformación disruptiva que reconfigure el panorama cinematográfico.
Por ahora, “The Brutalist” enfrenta el desafío de justificar su apuesta tecnológica frente a una industria que se debate entre la tradición y el progreso. Lo que queda claro es que esta discusión está lejos de concluir.